Milos es una hermosa isla de origen volcánico y es reconocible desde el mar debido a las formaciones rocosas de lava y sus playas negras. Gracias a su forma de herradura, la isla tiene la bahía más grande de la zona y Milos siempre ha sido famosa por su belleza natural. Es famoso por los hermosos colores que se exhiben al atardecer, desde el dorado al rojo y al marrón, creando un sorprendente contraste con el mar azul.
Historia
La isla se hizo famosa cuando, a principios del siglo XIX, un granjero que estaba arando su campo encontró una estatua sin armas y, en dos pedazos, se llamó más tarde "La Venus de Milo". Hoy hay una copia del mismo en la isla y el original se guarda en el Louvre. Los franceses compraron la obra para evitar que terminara en manos del Imperio Otomano que dominaba esta parte del Egeo en ese momento. Este y otros hallazgos sugieren que la isla ha tenido una historia muy compleja y antigua. Desde la antigüedad, la isla ha sido un centro comercial gracias a la producción de obsidiana que la hizo muy rica y económicamente independiente.
¿Qué vistar?
Los viajeros que llegan a Milos quedarán encantados con su sencilla belleza. Es el puerto de Adamas y el pueblo principal es Kastro, seguido por Melos y Klima, que es el sitio arqueológico donde se encontró la Venus. Cada lugar aquí te deja encantado, de hecho, Milos se llama la isla de los mil colores debido a sus playas que adquieren distintos tonos según la cantidad de arena volcánica que se mezcla.
Plaka es uno de los pueblos más característicos de la isla con su anfiteatro griego a visitar. Pollonia es igual de hermosa por su naturaleza exuberante y por las formaciones rocosas basálticas de Glaronissia que salen del mar. Debido a su historia volcánica, también hay baños termales que han estado presentes en la isla desde la antigüedad y famosos por sus propiedades terapéuticas. Las noches estrelladas y el mar azul envolverán a los turistas que encontrarán en esta isla el destino ideal para relajarse y divertirse.